EL TERRAO - Dos urbanitas en el campo

Damos la bienvenida a todas aquellas personas que disfrutan simplemente con el canto de un pájaro, la vista de un atardecer, el crecimiento de una planta, los paseos por el campo, el diseño de un jardín... en definitiva los amantes de la vida natural ...

DOS URBANITAS...

SIGUEN "EL TERRAO"...

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martes, 28 de abril de 2015

MIGAS EXTREMEÑAS


Migas para comer.

        Normalmente, las migas se consumen como desayuno o a media mañana, pero, hacedme caso, como plato principal en la comida, aprovechando lo que hay en el armario y la nevera, no tiene precio. Así que, seguimos con la cocina de aprovechamiento, no por ello menos rica.

        Necesitamos, en cuanto a utensilios, un bol grande, un paño limpio, una perola amplia, si es de las de hierro mucho mejor. Una espumadera fuerte, que pese, y, lo de siempre, cuchillo, etc.

        Ingredientes:

        - Un buen pan "asentao", con buena miga.
        - Un poco de agua.
        - Sal.
        - Un buen aceite de oliva, no mucho.
        - Pelín de manteca de cerdo.
        - Varios dientes de ajo castaño, de Aceuchal a ser posible.
        - Pimiento rojo.
        - Panceta ibérica de buena veta.
        - Algo de tocino ibérico.
        - Chorizo "colorao" ibérico.

        Opcional, sardinas asadas y aceitunas "machaítas".

        Manos a la cosa.

        Comenzamos la noche antes cortando el pan en lascas finas que vamos humedeciendo con agua con sal capa tras capa.






        Cuando tengamos la cantidad adecuada al número de comensales (siempre hay que preparar algo más pues al olor acuden los depredadores), tapamos con un paño limpio y dejamos reposar toda la noche.












        Al día siguiente, día de autos o día D, con la suficiente antelación al acontecimiento, ponemos a calentar un buen fondón de aceite y, cuando esté caliente, pero no demasiado, echamos los ajos, cantidad al gusto pero sin escatimar, los doramos más que freirlos, y los sacamos y reservamos.









        A continuación, freímos los pimientos, no demasiado, cortados en trozos medianos, de bocado. Sacamos y reservamos.





         Acto seguido, pasamos ligeramente por el aceite nuestra panceta ibérica. Pasamos también un pelín el tocino ibérico, "ná", sólo que coja color. Sacamos y reservamos.









        Finalmente freímos, muy poco, el chorizo ibérico. Lo sacamos y lo ...








        Ahora añadimos una cucharada de manteca de cerdo al aceite, éste es el truco para que las migas estén suaves y ricas, y echamos el pan en la perola.






        Ahora es cuando viene lo bueno, hay que tirar de brazo, espumadera en mano hay que ir machando y picando el pan, migándolo todo por igual, dándole vueltas y vueltas y picando hasta que esté dorado.









        En ese punto, agregamos los ingredientes que habíamos reservado. Y removemos, y removemos, para que se mezclen los sabores y las migas "se suelten".









        Servimos añadiendo las sardinas que habremos asado en el último momento y acompañamos de unas aceitunas "machás" (que esta vez no teníamos) y un buen vino de la tierra.



         Y aquí paz y después gloria, ... y siesta.

sábado, 25 de abril de 2015

EXPOSICIÓN DE AVES DE CETRERÍA

Colegio de Educación Infantil y Primaria  "Enrique Segura Covarsí"
Badajoz



        Vaya por delante que, a mí,  personalmente, como me gustan los animales silvestres, los salvajes, es en libertad. Pero hay ocasiones, como la que nos ocupa hoy, en que mi corazón, desde dentro, concede un pequeño margen de tolerancia hacia esta actividad, pero sólamente en lo tocante a la promoción y fomento del amor hacia las aves y, en general, a toda la vida animal y natural por parte de los niños, a su educación medioambiental, no a la actividad de la cetrería en sí, aunque sé que en determinados ámbitos, como la aviación, prestan un sensacional servicio.





        El tío de uno de los alumnos del colegio, José Pablo Visea, por cierto, muy amablemente, se ofreció a dar una charla a los chicos sobre las aves rapaces de cetrería y a exponer algunos de los ejemplares que poseía y que cuida y entrena con especial cariño y esmero.



        Primero, colocó en el patio unos posaderos, o perchas, donde iba a colocar a sus, a su manera, alumnos. Acto seguido, apareció con el primero de sus estrellas, una preciosa Águila, halcón, Harris  (Parabuteo unicinctus), perfectamente acostumbrado a la presencia humana, hoy multitudinaria.



        En segundo lugar, trajo un bonito ejemplar de halcón peregrino o común (Falco peregrinus brookei), creo, un poco nervioso, aunque pronto se acostumbró a la miríada de pares de ojos que lo observaban con asombro y admiración.





        A continuación, sacó a escena a la protagonista de la mañana, digo protagonista porque, de inmediato, levantó una ola de admiración entre los presentes, una magnífica hembra de dos años de Búho real (Bubo bubo). Grande, inmensa, preciosa y, sorprendentemente, tranquila.





        Le siguió un diminuto ejemplar de cernícalo americano (Falco sparverius) con su capuchón, que enseguida le quitaron. Muy bonito e inquieto, no mucho más grande que un mirlo, para que os hagáis una idea.





        Por último, otro ejemplar joven de Halcón peregrino (Falco peregrinus), esta vez de la especie típica. Majestuoso, arrogante, con pose "heráldica" diría yo, sabedor de la espectación que levantaba.



        En el patio es habitual compartir recreo con tórtolas, los omnipresentes gorriones, palomas y alguna urraca que vienen a por las migajas que se desprenden de los bocadillos. Hoy no había ni uno, por si las moscas.

        Después, el amable cetrero pasó a dar una charla a los chicos y chicas del colegio sobre las aves que había traído. Hizo una descripción de las mismas añadiéndole los datos personales de cada una de ellas.











        El momento culminante fue cuando subió a su guante al Búho real, al Gran Duque (en nuestro caso, Duquesa), lo acercó a los niños y dejó que lo acariciasen, bueno, fue el animal, el pájaro, el que, realmente, se dejó tocar.













        Lo acariciaron tanto y con tal frenesí que al pájaro casi le da un ataque de ansiedad y comenzó a jadear. Hubo que dejarlo descansar.



       Fue en ese momento cuando volvió a mí el sentimiento encontrado del principio, descubriendo, de nuevo, mis verdaderos gustos y deseos hacia la fauna salvaje: libertad, libertad ante todo. Vuelo libre de estas aves, sin pihuelas que cuelguen de sus tarsos, por nuestros cielos, sus cielos.



        No hay más que fijarse en sus miradas. Yo los veo tristes, resignados a su vida en cautiverio, por muy cuidados que estén, que lo están. Con el anhelo permanente de volar sin ataduras, cazando para subsistir, criando en los roquedos, en fin, LIBRES.









      De todos modos he de decir que, estar al lado, al ladito, de uno de estos bichos es una experiencia alucinante, bestial. Que te mire el Gran Duque a los ojos desde medio metro de distancia sube la adrenalina hasta niveles letales. Y tocarlo, acariciarlo, ¡¡¡ madre de Dios !!!, inolvidable. Quizás, a lo largo de los años, pueda proporcionar nuevos ejemplares que puedan ser liberados en nuestros montes para recuperar su ya escasa población y que podamos volver a oir su grave canto por las noches, a ser posible acompañado del aullido del lobo ibérico. A Félix Rodríguez de la Fuente le gustaría.








        ¿ Qué opináis ?

sábado, 4 de abril de 2015

COCINANDO CON PAN DE SOBRAS - REPÁPALOS.

Cocina de aprovechamiento.

RECETA DE REPÁPALOS.

En primer lugar, hay que decir que se trata de un plato de aprovechamiento, así que, primero, hay que mirar los restos aprovechables que tengamos en la nevera y el pan que se va quedando durito en el armario.

INGREDIENTES:
Para los repápalos:
- Pan de sobras, migao, rallao, etc.
- Perejil (si de cosecha propia, mejor).
- Ajo (si de cosecha propia, mejor).
- Huevos (de las gallinas de casa, claro).
- Sal (de bote).

Para la salsa:
(Primero, mirar en la nevera).
- Cebolla o cebolletas (ya sabéis de dónde).
- Pimiento verde.
- Ajo.
- Puerro de El Terrao.
- Tomate.
- Vino blanco.
- Pimentón de La Vera.
- Algo de romero.
- Aceite de oliva del bueno.


ELABORACIÓN:
Disponemos en un recipiente la cantidad necesaria de pan en migas o rallado. Le añadimos un puñadito sobrado de perejil picado, ajo muy picadito al gusto, pizca de sal y los huevos que se necesiten para hacer una masa manejable. Se amasa y se confeccionan unas croquetas o similar. Si os gustan más grandes, pues más grandes.
Se fríen en aceite bien caliente con cuidado de que no se quemen, sólo dorarlas.
Reservamos.
En una tartera o una olla de poco fondo, pochamos la cebolleta, el puerro, el ajo y, cuando esté en su punto, añadimos una puntita de pimentón FUERA DEL FUEGO. Rehogamos, añadimos el vino blanco y llevamos a ebullición para que evapore el alcohol y reduzca. Seguidamente, incorporamos el tomate y el perejil y, una vez integrados, añadimos agua suficiente para cubrir los repápalos sin pasarse. Dejar hervir unos veinte minutos.
Mientras se hace, tomar una copa de vino de la tierra y preparar un majado de ajo y romero fresco con un poco de sal gorda. Este majado se añade cuando queden cinco minutos para terminar la cocción.
En este momento, hay varias opciones: se puede pasar la salsa si no os gustan los tropezones, se puede ligar la salsa con harina de maíz, o se puede dejar tal cual.
Se incorporan los repápalos a la salsa y se llevan a ebullición dos minutos o algo más dependiendo del tamaño de los mismos.
Servir calientes.


REPÁPALOS
 ¡ Que aproveche !
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