Las cebollas escalonas ( así las llamamos en mi tierra ),
son las que una vez que han brotado,
esto es, han sacado tallo verde,
las ponemos en tierra para conseguir una nueva cosecha.
Las cebollas almacenadas en la despensa,
con el paso del tiempo, comienzan a envejecer.
Se van poniendo blandas y aparece el tallo verde.
En otoño y durante todo el invierno,
plantamos estas cebollas en la huerta.
Simplemente hacemos un surco y las colocamos en el fondo.
Tapamos con tierra y dejamos asomando el tallo.
Con el paso de los meses,
los brotes verdes se estas cebollas se hacen cada vez más grandes.
Llegada la primavera,
en el lugar en que habíamos colocado una cebolla,
encontramos tres o cuatro brotes diferentes.
Cuando la base de los tallos alcanza un grosor suficiente,
es el momento de sacar la cebolla escalona del terreno.
Encontraremos, al tirar del tallo y sacar de la tierra,
un número variable de cebollas.
Todas ellas envueltas en las pieles de la cebolla primitiva
(aquella que plantamos en primavera).
Aquí os dejo todo el proceso.
Desde su plantación hasta la llegada de las cebollas
ya limpias, a la cocina.
Ya en la cocina, las cebollas escalonas se pueden utilizar
en crudo como acompañamiento en ensaladas.
También rehogadas o fritas como condimento de cualquier guiso.
Para terminar os animo a plantarlas en la huerta
o bien en un macetón en la terraza de casa.
Su cultivo es muy sencillo y además aprovechamos
las cebollas " viejas" que de otro modo tiraríamos a la basura.
La única precaución es sacarlas de la tierra antes de que comience a brotar el tallo central
del que saldrá la flor de la cebolla.
Si esto ocurre, las cebollitas escalonas comenzarán a endurecerse
y su agradable sabor se resentirá.
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