Los pájaros de El Terrao VII.
Todos los días de la semana, mientras tuviera mercancía, y, seguro, los fines de semana, intentaba sacar algunos cuartos con una actividad entonces permitida, un hombrito pequeño, no llegaría ni mucho al metro y medio, mayor, un abuelo. Enjuto, arrugado como una pasa y seco como una chufa, churruscado por el sol extremeño, cobijaba su cabeza bajo una boina, más bien los restos de una boina, de un color entre terroso y cenizo. Se sentaba en una banquetita delante de un jaulón artesanal dentro del cual revoloteaban, asustadas, un puñado de pequeñas avecillas, fundamentalmente jilgueros. El "Tío de los pájaros" tenía pajaritos nuevos. Los cazaba en la zona del río, con una red de esas "de libro", y los vendía baratos, muy baratos. Había que comprar varios pues alguno, algunos, no aguantaban la cautividad y se morían, se morían de pena.
En aquel entonces, mandaba la economía de subsistencia. El que no vendía pájaros, vendía lombrices para pescar, lamprehuelas para lo mismo, higos chumbos, peces, ... ¡yo qué sé!, de todo.Había mercado, por lo barato. Y los pájaros silvestres se vendían hasta en las tiendas de mascotas, sin control. Sin saber el daño que se hacía, fundamentalmente a los pájaros. Pero mandaban las "perras", el dinero.
Hoy en día, eso ya no ocurre, afortunadamente. Bueno, existe un movimiento, el "silvestrismo", creo que así lo llaman, que, básicamente, consiste en lo mismo, pero con protección legal. Es una actividad que depende de la Federación de Caza, ¡toma ya! Éste es un país de escopeteros y pajareros. Espero que algún día termine esto, y espero que no sea por la desaparición de las especies implicadas, los pájaros o el hombre.
Este precioso pájaro, el Jilguero o Colorín (Carduelis carduelis), seguramente uno de los más bonitos de Europa, parece que fue creado para vivir entre rejas. En El Terrao no, por supuesto. Aquí vive libre, libre canta y libre se reproduce.
Sobre una predominante pardo-avellanado de la espalda, que se prolonga en dos manchas pectorales, se incrustan, como piezas de un rompecabezas, los colores más insospechados para un ave de nuestras latitudes, se dirían más propios de un loro o similar.
En vuelo, las alas negras ofrecen un llamativo contraste cromático con la franja amarillo vivo que las atraviesa de lado a lado. Las rémiges primarias, grandes plumas de las alas, terminan en una mancha blanca. La cola, también negra, ostenta asímismo manchas blancas. El vientre, blanco.
El píleo es negro y se continúa, a modo de grandes patillas decimonónicas, enmarcando las blancas mejillas. Y la cara, la carita, colorá, roja como un madroño, del que destaca un pico alargado y aguzado, perfecta herramienta para obtener su alimentación principal. En los machos, el madroño sobrepasa el ojo, y es de un rojo más vivo que en las hembras, en las cuales el rojo no lo sobrepasa. En los jóvenes, la cabeza es parda uniformemente.
Es un ave granívora y su alimento principal son las semillas de los cardos. Para obtenerlas, cuenta, como he dicho, con una herramienta especializada, su aguzado pico, con el que llega al fondo del involucro de las semillas de diferentes especies de cardos y las extrae con asombrosa facilidad. Además, se vale de su extrema habilidad como equilibrista para llegar hasta el último cardo de la mata. Las cortas y espesísimas plumillas del rojo madroño actúan como máscara protectora y le libran de no pocos pinchazos.
Completan su dieta con gran variedad de granos, brotes y semillas. En época de cría, consumen una enorme cantidad de insectos con los que alimentan a sus polluelos que crecen rápidamente con tamaña ración de proteínas.
Su canto es especial. Sobresale, a mi gusto, sobre el de los otros pájaros del campo. Es un gorjeo líquido, variado, sin estridencias, pero muy musical, extremadamente agradable de oir. Si tenemos la suerte de que haya dos machos próximos que se reten, disfrutaremos de un espectáculo sin igual, llenando el aire de una gran variedad de tonos, trinos y colores musicales que son capaces de emitir estos pajaritos de colorines. En libertad, como debe ser.
A diferencia de aquellos tiempos que era para subsistir, hoy se mueve bastante dinero con estos preciosos pajarillos
ResponderEliminarDesgraciadamente, así es, Pedro. Se ponen un montón de excusas y razones para seguir llevando esta nefasta práctica adelante, pero, en el fondo, no se trata más que de dinero. Saludos desde El Terrao y gracias por tus comentarios.
EliminarRafael, que hermoso post!!!, no conocia este Jilguero, aquí en Argentina, son de color amarillo el macho y la hembra es blanca, tienen un hermoso canto!!!, pero éste es precioso!!!! Saludos desde Argentina.
ResponderEliminarAsí es, Teresita, son preciosos por su plumaje, y su canto es maravilloso. Gracias por comentar y cordiales saludos desde Badajoz (España).
EliminarSon preciosos los jilgueros, tienen un colorido extraordinario y hay que ver que bonitas fotos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Y mientras sigan volando en libertad por nuestros campos nos seguirán alegrando algo la vida con sus colores y sus cantos, aunque haya algunos que se empeñen en meterlos entre rejas. Félix, cuando hablaba de ellos, los describía como presos, en alusión a la cantidad de jilgueros que en nuestro paía, y en el sur más, viven, o malviven, enjaulados. Un abrazo, Montse, desde El Terrao.
EliminarQue paciencia para captar a estos pajarillos tan monos.... estupendo !!!
ResponderEliminarGracias, Carlos Javier. Pero yo creo que la paciencia la tienen ellos, yo soy "mu pesao", pero mucho, mucho. Saludos desde El Terrao.
Eliminarbellisimo
ResponderEliminarPrecioso El Terrao. En la Península de Yucatán siguen cazándose muchas aves. Desde hace años hay un movimiento de concienciación con los ciudadanos para que aprecien en libertad estos animales. Salgo con un grupo de ornitólogos cada dos meses, y es lujazo poder aprender de aves. Un placer como siempre pasear por aquí. saludos!
ResponderEliminarLas fotos son dignas del National Geographic. Me encantan los pajarinos, pero no sé distinguirlos, tendría que hacer un cursillo de ornitología contigo. Disfruto al verlos en la puerta de mi cocina, comiéndose las miguitas que caen al sacudir el mantel, parece que me están esperando a esa hora. Precioso e instructivo este post, enhorabuena. Saludos desde Maribelandia.
ResponderEliminarHola Rafael,
ResponderEliminarSoy Natalia, Responsable de Comunicación de Paperblog. Tras haber descubierto vuestro blog, me pongo en contacto contigo para invitarte a conocer el proyecto Paperblog, http://es.paperblog.com, un nuevo servicio de periodismo ciudadano. Paperblog es una plataforma digital que, a modo de revista de blogs, da a conocer los mejores artículos de los blogs inscritos.
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Espero que te motive el proyecto que iniciamos con tanta ilusión en enero de 2010. Échale un ojo y no dudes en escribirme para conocer más detalles.
Recibe un cordial y afectuoso saludo,
Natalia
Hola, Rafael: me encantan las fotografías de los animalitos que retratas. Te pregunto, porque tengo interés en el tema, que me cuentes de qué material y óptica cuentas para sacar esas brillantísimas fotos. Seguro que tienes un buen objetivo. Cuétame.
ResponderEliminarOs sigo con frecuencia, a pesar de no detenerme a haceros algún comentario. ¡Perdón por ello!
Hola, soy Lucio.
Comunico que mi página
http://mihuertosinergico.blogspot.com.es/
no me permite subir más entradas. Es por ello que he tenido que abrir una nueva. De ahora en adelante hay que introducir
http://enmihuertosinergico.blogspot.com.es/
Gracias a los que me siguen. Un abrazo cordial
Saludos al Terrao.
Muy buena entrada!! Muy buen documento. Afortunadamente, para algunas cosas, las cosas cambian y cada vez son menos los jilgueros que se capturan. Un abrazo.
ResponderEliminarantoniopestana
Desgraciadamente, Antonio, en el caso del silvestrismo, en Andalucía y Extremadura, queda mucho por hacer hasta poder ilegalizar tal práctica. Sobre todo en los pueblos, en los que es tradicional tener algún pajarillo cantor enjaulado, sí he observado un poco de concienciación en el tema y una disminución de esa práctica. Saludos cordiales y un abrazo.
EliminarSi no te gusta el silvestrismo te respeto pero respeta he informate mejor de lo que es el silvestrimos por lo que te leo esa espwriecia tuya se basa en hace muchisimos años que es como tu lo cuentas ahora mismo para tu tranquilidad que sepas que es ilegal el comercio de estos pajarillos y hay jilgueros criados en cautividad que no se en que te basas para decir que mal viven tu no sabes la alegria que da en una casa tener un jilguero no todo el mundo tiene el privilegio de que les venga al jardin o a su finca y mas valdria unir esos esfuerzos de ilegalizar una cosa que porque a ti no te guste y no compartas que se joda el otro mas valdria que mirarais los pesticidas y hervicidas que se echan al campo que son los que realmente estan esquilmando ya no jilgueros verderones si no otro tipo de aves esteparias date una vuelta por los frutales cuando estos son fumigados sobre todo en los puntos de agua donde estas aves van a beber y vas a ver una realidad lamentable para tus ojos.
ResponderEliminarA decirte tambien que en el silvwstrismo hay cupo de pajaros o sea un control de capturas nos interesa mas al silvestrista que se conserve estas especies llamalo ya por egoismo porque si desaparecieran se mataria tambien nuestra aficion un saludo y buen blog me gustan tus tomates