Hay que ver cómo arriesgan su vida esos equilibristas de circo, e incluso, sobre abismos y cataratas. Llevan una pértiga para estabilizarse. Este pequeñísimo machito de Runcinia grammica parece equilibrarse en el extremo de un pétalo de margarita utilizando sus dos pares de patitas delanteras. En realidad, no necesita de ellas para no caerse. Es capaz de recorrer la flor en distintas posiciones, cabeza arriba, cabeza abajo, ... sin caerse. Necesita esa agilidad, para cazar, pero, sobre todo, para encontrar consorte, fecundarla, y salir pitando para no convertirse en la merienda de la hembra. La postura que muestro es de acecho, en cuanto algo pase cerca de sus patas captoras, ... ¡zas! ... el almuerzo. Mide 3 mm de cuerpo.
Macho de Runcinia grammica |
Badajoz, mayo de 2018.
Nikon D7100, Micro Nikkor 105 mm f 2.8 VR.
f/18, v 1/60 s, ISO 100
Flash cobra con difusor-reflector casero de goma eva en posición visera.
A pulso, con algo de recorte.