( Tarentola mauritanica)
El Dragón de Dos Colas sigue con nosotros.
Otro de los pequeños depredadores que pululan por El Terrao pertenece al grupo de los saurios, los lagartos. En este caso se trata de la salamanquesa común, un animal que, aunque es muy habitual y numeroso en nuestras latitudes, no por eso es menos importante y apasionante en su biología. Se alimenta de insectos sobre todo, de ahí su importancia y utilidad para el medio.
Son animales relativamente grandes, unos 17-18 cm. aquí en El Terrao (como esto está lleno de bichos, crecen bastante). Cuerpo rechoncho y aplanado y cabeza proporcionalmente grande y voluminosa, más en los machos.
Son llamativos los dedos, también aplanados, de sus patas, con los que se sujeta a superficies realmente imposibles, moviéndose con sorprendente agilidad por paredes, incluso cristal, y techos. Eso es posible gracias a unas laminillas que producen un efecto de succión. Estas laminillas están cubiertas por unas microscópicas cerdas sedosas que aumentan el efecto. En los machos, los dedos tercero y cuarto poseen una uña aparente. En las hembras, son visibles en todos los dedos.
Su dorso es escamoso, cubierto por varias hileras de protuberancias dérmicas que le dan aspecto de dragón. La cola tiene una apariencia espinosa.
Precisamente la cola es otra de las características especiales de la salamanquesa. Cuando se siente amenazada o es atacada por algún depredador, es capaz de desprenderse de su cola, que quedará como escaso botín de su enemigo, mientras ella escapa con asombrosa rapidez. Más tarde regenerará la cola aunque ya no tendrá ni el mismo tamaño, ni el mismo color ni la misma textura. A ésta que veis aquí le ha ocurrido recientemente algún percance.
A esta otra, parece que sólo le han pillado la punta de la cola, que está quebrada como veis.
Eso mismo le debió ocurrir hace tiempo al protagonista de uno de nuestros primeros posts, el Dragón de Dos Colas (http://elterrao-dosurbanitasenelcampo.blogspot.com.es/2012/06/el-dragon-de-dos-colas.html) que, para nuestra alegría, sigue con nosotros, con sus dos colas. Está precioso, más bien diría preciosa, pues creo que es hembra. Parece que la malformación en la regeneración de su cola no le afecta en su vida diaria, se le ve muy sana y gordita.
Los ojos de estos animales son una preciosidad, parecen joyas, con brillo irisado. Tienen la pupila vertical y no se cierran. Periódicamente los limpian con la lengua.
Algunas veces se asoman a través de los cristales de la ventana, en pleno día, y nos observan.