De pequeños, todos, o casi todos, hemos jugado alguna vez con estos bichitos, los bichos bola. Éste que os muestro se hizo la bola en cuanto lo toqué y tuve que esperar casi un cuarto de hora a que empezara a desperezarse, sin prisa, se tomó su tiempo.
Poco a poco esa pequeña bolita se fue abriendo, extendiendo, mostrando la imbricación asombrosa de su coraza medieval.
Cochinilla de la humedad (Armadillidium vulgare). |
Pinchad en la imagen para verla mejor.
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